En los último meses he dado un giro en cuanto al equipo fotográfico que utilizo. De fotografiar en estudio con Hasselblad durante unos años, y fuera de estudio principalmente con Canon y Leica, he cambiado completamente a Fujifilm. ¿La razón? Los tiempos cambian y creo que debemos ser inteligentes y flexibles para adaptarnos.
Confieso que tengo un "problema": después de probar los sistemas de formato medio de Hasselblad, no me imagino regresando a sistemas de sensores más pequeños para las fotografías donde busco la más alta calidad técnica posible.
Pero el sistema H de Hasselblad (que era el sistema que tenía en mis manos) me estaba resultando poco práctico: muy grande y pesado, con casi nulas opciones para conseguir nuevas lentes aquí en México, mi cámara cada vez se usaba menos. Así que quería una cámara de formato medio más pequeña, más versátil y con mayores opciones en cuanto a disponibilidad de ópticas.
Por otro lado, necesitaba una cámara para remplazar mi Leica sin sacrificar calidad de imagen y experiencia de uso. Y aunque vivía muy a gusto con las fotografías de Leica, el video se había convertido en una necesidad profesional y era hora de buscar una cámara híbrida para que también cubriera tal necesidad.
Fujifilm al rescate.
Conocía Fuji, pero no me había decidido a optar por sus sistemas digitales hasta que llegaron dos cámaras al mercado: la Fujifilm X-T4 y la GFX100S. De pronto se abrió el cielo para mí porque ambas cámaras parecían cubrir perfectamente mis necesidades fotográficas.
Primero llegó la Fujifilm X-T4 directamente de Fujifilm México y unos meses más tarde llegaría la Fujifilm GFX100S, de la cual escribiré en este artículo.
GFX100S entre manos...
Antes de escribir sobre mis experiencias, quiero describir brevemente esta cámara para aquellos que no la conocen.
La Fujifilm GFX100S es una cámara de formato medio digital tipo mirrorless, con un sensor estabilizado en 5 ejes de 33x44 milímetros (mm) y 102 megapixeles (mpx). Este sensor de formato medio es más pequeño que los implementados por otras marcas de cámara de formato medio como Hasselblad o Phase One, algunas de las cuales montan sensores de 53,7×40,2 mm. La elección de Fujifilm de este tamaño de sensor obedece a la idea de fabricar una cámara de formato medio compacta y asequible. De cualquier manera, el sensor de la GFX100S es aproximadamente 1.7 veces más grande que el popular y codiciado sensor de 24x36 mm, también denominado full-frame.
Entrando en materia, para quienes hayan utilizado cámaras como la Fujifilm X-Pro3, X100V, X-T4 entre otras, encontrarán un cambio importante en el manejo de la GFX100S. En esta cámara Fujifilm ha abandonado el diseño retro y los diales físicos para la velocidad, el ISO y la compensación de exposición, en pro de un diseño más "moderno" basado en ruedas de ajuste y un dial PSAM similares a las cámaras de otros fabricantes.
¿Afecta esto la experiencia de uso? Dependerá de cada usuario, por supuesto. En mi caso, me encantaría un diseño retro con diales como los que tengo en mi X-T4, pero si este cambio introducido en el diseño significa tener un cuerpo de cámara más compacto y un precio más asequible, bienvenido el sea. En realidad no es algo que vaya en detrimento de la facilidad de uso de la cámara y los usuarios que lleguen de otras marcas se sentirán muy cómodos con la GFX100S.
De cualquier manera, la GFX100S sorprende por sus capacidades tecnológicas en un cuerpo tan "pequeño" (en el ámbito del formato medio digital), al punto que la convierte en un sistema de cámara perfectamente utilizable fuera de estudio, incluso funcional para la fotografía callejera. Eso si, ten en cuenta que, aunque la cámara es liviana (900 gramos) y relativamente pequeña, los objetivos no lo son necesariamente. De hecho, en general (salvo algunas excepciones como el 50 mm f/3.5) son bastante grandes y pesados.
El enfoque automático es impresionante en cuanto a precisión. He estado experimentando con el enfoque de seguimiento a los ojos en mis sesiones de retrato e increíblemente no he encontrado tomas desenfocadas al revisarlas en postproducción. En cuanto a la velocidad del enfoque automático, es suficiente para mi, aunque esto dependerá de la óptica montada y en general está un paso por detrás de cámaras con sensores APS-C o full-frame, lo cual es lógico teniendo en cuenta que las cámaras de formato medio mueven unidades ópticas más grandes y pesadas. Debo mencionar que la GFX100S se beneficia de un sistema de enfoque híbrido (contraste y detección de fase), lo cual ayuda a un enfoque más rápido, sobre todo en situaciones de poca luz.
La calidad de imagen, resultado de la combinación de las magníficas ópticas Fujinon y el monstruo de sensor de 102mpx que alberga esta cámara, es simplemente fenomenal. Puedo quedarme extasiado viendo la inmensa cantidad de detalles que se capturan en cada fotografía. Es significativa también la ventaja del sensor más grande de doble ganancia en el rendimiento en ISO alto. ¿Qué quiero decir con esto? Que tendrás muy bajo nivel de ruido, incluso en los valores de sensibilidad más altos. Esto está íntimamente relacionado con el amplio rango dinámico del gran sensor de hasta 16 bits de profundidad de color.
He encontrado el estabilizador de imagen muy útil para disparar con velocidades lentas con la cámara en mano, por lo cual es un sistema ideal para hacer fotografía nocturna, callejera, de viajes o de paisaje cámara en mano. He notado que consigo imágenes ultra nítidas a velocidades de obturación de hasta 1/15 de segundo a pesar de la alta resolución del sensor.
¿Y todo esto cómo se compara con otras cámaras de formato medio. Me limitaré a contar mi experiencia con Hasselblad.
Hace algún tiempo comencé un proyecto fotográfico titulado "Cien rostros de la revolución cubana". Como quería la mayor calidad posible (disponible en mis manos), me he estado llevando la Hasselblad H4D a Cuba. Las imágenes son fenomenales, pero el sistema ha sido muy restrictivo en términos técnicos y creativos. Con la Fujifilm GFX100S tengo la oportunidad de darle continuidad al proyecto siendo más libre en cuanto a la técnica empleada, lo que me permite conseguir imágenes más osadas e interesantes.
Puedo concluir diciendo que la GFX100S es una cámara impresionante, de lo mejor que puede encontrarse en el mercado hoy día y que no dejará indiferente a ningún fotógrafo que aprecie un equipo fotográfico del más alto nivel. Su altísima calidad de imagen, su enfoque automático rápido, el sensor estabilizado, su tamaño "compacto" y la gran calidad de las ópticas Fujinon GF, unido a un precio "asequible", hacen de este sistema una opción a tener en cuenta por aquellos fotógrafos que buscan obtener las mejores imágenes posibles en la actualidad.
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