Acerca de esta foto:
“Après l’orgie” “Después de la orgía” FIDENCIO LUCANO NAVA (1869 - 1938) escultura en mármol de Carrara esculpida en 1909. “Aprés l órgie”, poderoso desnudo femenino cuya sensual modelo expresa la lucha entre el morbo de la carne y la belleza. “La obra que recibe a los visitantes a la entrada del espejeante y estrecho hall del MUNAL, “Aprés l´Orgie”, fue realizada en el año de 1909. La magnífica figura femenina está como arrancada de la piedra marmórea, de cuya materia en bruto se encuentra a la vez flotando y atapada, como suspendida en la roca, en el momento final del éxtasis y del deseo cumplido, saciado y perennemente insatisfecho. Se trata de la forma plena del cuerpo femenino en el momento en que yace, exhausto, luego de celebrar los ritos dionisiacos y sumergirse en los deleites y delicuescencias de la trasgresión carnal. Sobresale la torsión de la jovial cintura que, ya en el desvanecimiento de la tensión erótica, muestra sin pudicia la opulencia de las rotundas caderas, en contraste con la mano izquierda que toca la pared vertical de la piedra a la que se aferra, reforzada por la posición de la cabeza, postrada en el suelo, llegando los cabellos en desorden a la parte más baja del bloque, al que sigue el tacto del de la mano del brazo derecho, ya confundidos o fundidos con la dura frialdad de la roca –causando en el espectador profundos sentimientos contradictorios. Perturbadora imagen del momento final de la caída hacia atrás, es verdad, que indica en la forma definitiva de la piedra la idea del alma femenina en el tramo final del rapto pagano afrodisiaco, que nos deja ver lo que puede tener de “experiencia solitaria”, donde por razón de la mera voluptuosidad y la lujuria se vuelve imposible la comunicación real entre las partes, quedando como suspendida en el vuelo de la caída, en expresión del éxtasis de la belleza misma, pero sin poder alcanzar la verdadera hermosura, ni por tanto dialogar o participación con el otro. Imagen cincelada en el mármol blanco de la belleza en la plenitud de sus formas, pero que resulta muda, apresada en la caverna ciega, sorda y fría del desolado y espléndido mármol de Carrara. Forma incandescente, pues, que se vuelve sin embargo como de sal o hielo, absorbida por el alma inferior, oscura y lunar, de la psique, y que al haberse postulado como puro objeto del deseo es reclamada en el desmayo otra vez por la materia. Imagen del deseo del alma devorada por la voluptuosidad, que refleja la pasión pura, abstracta, sin esperanza y sin lenguaje, reflejada en el cuerpo como organismo vivo, pero deshabitado e inerte. Figura llena de dramatismo, que expresa el momento en que la forma femenina, arrebatada por el río de los cuerpos, se desliza inconsciente por las aguas que corren hacia abajo, absorbida por la tendencia disgregadora y reaccionaria de la vida, para retornar al estado en bruto y en reposo de la materia inerte. Imagen de la pereza también, del pecado capital de la negación de la vida hacia atrás, que luego del acto de lujuria se sumerge y hunde en el olvido de la vida, y en el olvido de sí se va a fondo, a pique, a morir –para extraviarse finalmente en las aguas pútridas del marasmo y la descomposición.” Fuente: Terranova Revista – Alberto Espinosa Orozco, 2015
 NIKON D70
    1/40s  f/3.5  ISO500
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